miércoles, 12 de septiembre de 2007

De Garage a Boutique: Antiyal y Kuyen (Planetavino.com)


Álvaro Espinoza y Marina Ashton se preparan para dar el salto con sus vinos del Maipo Alto: Antiyal y Kuyén...
Por Mariana MartínezCuando todos se negaban a hablar del recién descubierto carmenère, el enólogo Álvaro Espinoza –mientras trabajaba en Carmen- lanzó al mercado su primer Grande Vidure-Cabernet Sauvignon (cosecha 1994). Un año más tarde, mientras comenzaba el furor por las viñas boutique y sus exportaciones, Espinoza junto a su mujer Marina Ashton, comenzaron a hacer el vino Antiyal (hijos del Sol), en el garage de su parcela en Alto Jahuel para compartir con la familia y los amigos; tal como lo habían visto años antes mientras estudiaban en Europa. En esa misma pequeña parcela de Alto Jahuel, además, la pareja comenzó a hacer lo que pocos creían entonces rentable: manejar los viñedos con agricultura orgánica escondiendo la más desconocida aún biodinámica. Y como si todo eso fuera poco, ahora, cuando la moda del vino garage está en su máxima expresión (con proyectos personales de enólogos como Garage Wines, Polkura, Flaherty, Ventolera, Ribera del lago y Quatrovinos) la dupla Ashton–Espinoza está comenzando a dejar atrás su acogedora viña garage para convertirla en una moderna viña boutique.


Si uno logra girar en su misma orbita comprenderá que para esta pareja la idea no es ir contra la corriente, o dejarse llevar por ella; sino escuchar hacia dónde y cómo quieren trascender. Solo así se puede entender que no fue solamente para poder llegar a números azules, y facilitar la compra de insumos a muy pequeña escala, como surgió la ida de crecer en viñedos y en bodega en nuevo lugar. Dice Espinoza “queríamos desarrollar el concepto de granja que requiere el manejo biodinámico y la media hectárea de viñedos que teníamos nos quedaba demasiado chica”. “Teníamos ya la huerta, los gansos, las gallinas, las llamas y el caballo, dice Marina, pero además queríamos la vaca”.

El sueño de la pareja entonces, era conseguir un campo cerca de la bodega de adobe de Antiyal, pero a mitad de la búsqueda surgió la amenaza de la construcción del aeropuerto de Buin. Espinoza cuenta que antes de que se anulara la idea del aeropuerto (ver nota acá), por suerte no pudieron resistir la tentación de comprar siete hectáreas en los faldeos de la Cordillera, muy cerca del pueblo Hulekén. Éste era un campo que pertenecía al do El Escorialen cuyos suelos coluviales (de arrastre gravitacional de tierra y rocas desde la Cordillera) había una plantación de almendros. El año 2003 entonces, y en medio de esos almendros, plantaron cuatro hectáreas de viñedos, repitiendo la fórmula que ha tenido Antiyal desde su primera cosecha 1998 (carmenère, cabernet sauvignon y syrah) más un poco de petit verdot, que podría entrar a la mezcla en el futuro.

En este nuevo campo no sólo se dieron el lujo de crecer, construyendo de cero una bodega nueva de 10 por 20 mts., con cinco nuevas cubas pequeñas (entre 5.000 y 15.000 litros) y suficiente espacio para guardar allí sus barricas de roble. Siguiendo la estructura del suelo, dominado por piedras, la bodega es de cemento y da una sensación de roca sólida, en contrate con el adobe de la primera. También construyeron dentro del campo, con picas (piedras) cobertizos para todos sus animales, incluyendo la añorada vaca y su ternero. Durante nuestra visita, con un paradisíaco paisaje de almendros en flor, pudimos ver a todos los animales de la granja en acción, aportando cada uno la indispensable biodiversidad al ecosistema.

En esta nueva bodega, diseñada para ser gravitacional, se vinificaron este año las primeras uvas de El Escorial, con las cuales Espinoza está más que contento, por la concentración del syrah y la elegancia del cabernet y el carmenère. Ante la pregunta de cómo va a cambiar con este aporte Antiyal (actualmente en las 3.500 cajas) o su undo vino Kuyén (luna, en mapundungún, y ensamblaje de syrah , cabernet y carmenère)pinoza aclara que seguirá manteniendo en la mezcla sus viñedos originales: la ½ hectárea de cabernet de Antiyal, más una hectárea de carmenère de Isla de Maipo que compra a su madre, y la hectáreas de syrah de Isla del Maipo que compra a Viñedos Emiliana).


Espinoza destaca a su vez que los dos últimos campos –que conforman la mayoría de la mezcla- poseen suelos muy parecidos a los de El Escorial (pero de origen aluvial), pues también poseen muy poca materia orgánica, son profundos, de buen drenaje y con una mayor acidez y menor pH, lo que, considera ayuda a mejorar la acidez natural de los vinos, en provecho de nuestro clima cálido. Eso sí, aclara el enólogo, el mayor crecimiento va a ser hacia Kuyén (actualmente 3.500 cajas), el cual hasta ahora, siguiendo el concepto de segundo vino, está hecho desde el viñedo y en la bodega con los mismos parámetros que Antiyal. La diferencia – decisiva- es que Kuyén, viene de lo que deja la selección de las mejores barricas. Es por eso que si Antiyal 2005 ($36.000) es pura elegancia, equilibrio y suavidad, Kuyén 2005 es más juvenil, expresivo, y con una fruta negra, madura, mucho más evidente.


Quienes deseen probar ambos vinos, tienen la oportunidad de visitar la bodega Antiyal los días jueves, previa reserva al mail marina@antiyal.com. La visita guiada, por ambos campos si así lo solicitan, incluye una muy completa y didáctica explicación en terreno de las diferencias entre manejo orgánico y biodinámico; y vale $15.000 p/p si el grupo está formado por más de dos personas. Porque hasta que no crezcan su producción con esta excepcional cosecha 2007, Kuyén (US$15) no va a poderllegar todavía a tiendas especializadas de Chile.

No hay comentarios: